jueves, 9 de julio de 2009

Golpe de Estado en Honduras, connivencia silenciosa y peligrosidad del lenguaje periodista

Como ustedes sabrán, a finales del mes de junio el ejército hondureño perpetró un golpe de Estado, al presentarse en la residencia presidencial y deportar a Costa Rica al presidente del Gobierno, Manuel Zelaya. Los militares, apoyados por la Iglesia y por las capas sociales más altas, actuaron para evitar que se realizase un referendo en el que la población decidiría si quería que en las elecciones de noviembre se añadiese una cuarta urna que permitiera determinar si se debía iniciar una reforma constitucional para que los presidentes venideros tuvieran la oportunidad de postularse como candidatos indefinidamente, tal como sucede en numerosos países, entre ellos España. Pese a las críticas recibidas, el presidente había dejado claro que él no se presentaría una vez hubiese finalizado el mandato para el que fue elegido.

El jefedel Estado Mayor, general Vásquez, que se opuso a esta consulta popular por considerarla incostitucional e ilegal (el Congreso había aprobao una medida para impedir la realización del referendo), fue destituido por el presidente Zelaya, lo que ocasionó que las fuerzas armadas tomaran las calles, con las consecuencias que ahora conocemos. Junto con el presidente, ocho ministros y varios embajadores de países cercanos al presidente (Cuba, Nicaragua y Venezuela) fueron detenidos. A diferencia de otros golpes acaecidos en Latinoamérica, éste ha sido condenado por la comunidad internacional (sí, Estados Unidos también, aunque sea una pura operación de maquillaje y no considere la restitución de Manuel Zelaya una condición fundamental para la resolución del "conflicto").

El ejército, que aseguró que contaba con la bendición del poder judicial, nombró sustituto de Zelaya al hasta entonces presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti. Las movilizaciones populares en apoyo al presidente Zelaya no se hicieron esperar, al igual que la represión del aparato estatal, que asesinó al menos a dos manifestantes, uno de 19 años, el día del frustrado intento del presidente de regresar al país, y que ya ha iniciado las prácticas de censura propias de estos sucesos.

Las últimas noticias sobre la insurrección militar de Honduras hablan de una reunión del presidente de Costa Rica con Zelaya y el golpista de Micheletti para tratar de resolver la situación por la vía diplomática, aunque, a juzgar por las declaraciones del dictador interino, que asegura que la vuelta de Zelaya es imposible, no parece que de estas conversaciones se vaya a sacar nada en claro. En todo caso, lo que me interesa destacar de aquí es el peligroso uso del lenguaje que están haciendo algunos representantes políticos y medios de comunicación.
En este sentido, resulta preocupante el hecho de que se empiece a hablar de "diálogo entre las dos partes", y no de oficialistas y golpistas; de "conflicto", y no de golpe de Estado; de "presidente interino", y no de dictador interino o presidente golpista. Como también resulta preocupante que Hillary Clinton crea que la restitución de Zelaya sea algo que debe dejarse "a decisión de las partes". Sin embargo, no son los políticos quienes están mostrando mayor ambiguedad en este asunto, sino los medios de comunicación, que, además de haber arremetido contra el presidente hondureño los días previos al golpe, han tratado de quitar hierro al asunto y presentarnos este acto antidemocráctico como un golpe "cívico-militar", en palabras del panfleto diario El Mundo.
Por su parte, el periódico derechista El País ha aprovechado la cobertura mediática del acontecimiento para adjudicar a Hugo chávez algún tipo de responsabilidad en el mismo, y así otorgar cierta legitimidad a quienes entienden el golpe como una manera de frenar la intromisión del chavismo y el comunismo en Honduras. Sin embargo, la condena internacional ha obligado al diario generalista de la multinacional PRISA a rechazar el golpe, no sin una larga lista de matices y soflamas antichavistas. Aunque todos sabemos que la condena de El País es un tanto forzada, no deja de sorprender, sobre todo por su pasado pro-golpista (véase el editorial que dedicaron al golpe contra el presidente Hugo Chávez en 2002 http://www.elpais.com/articulo/opinion/Golpe/caudillo/elpepiopi/20020413elpepiopi_2/Tes).
Pero dejemos a los PRISA, que, para lo que nos tienen acostumbrados, están manteniendo una posición bastante más moderada. Esta vez tiene mayor interés hablar del primer canal de la monárquica y manipuladora Televisión Española. Sí, de nuevo la televisión que cofinanciamos los contribuyentes ha vuelto a adquirir las prácticas de manipulación mediática de cualquier ente privado. Además de caricaturizar al presidente Zelaya los días en que se preparaba la consulta popular, pretende dar al golpe un carácter cívico mandando a su enviado especial a una manifestación a favor de los militares, mientras asegura a los millones de telespectadores que mucha gente en el país está del lado del "presidente interino".
La verdad es que todo esto resulta bastante surrealista, especialmente que ya no sea necesario que los presidentes de Gobierno representen a una izquierda consecuente para ser objeto de conspiraciones, pues Manuel Zelaya, hombre de clase alta, pertenece al Partido Liberal de Honduras, una fuerza de derechas. Parece que ahora el mero hecho de virar hacia una política socialdemócrata y mantener buenas relaciones con Hugo Chávez es suficiente para recibir los duros golpes de la reacción.
Pese a esto, pienso que los sectores de la izquierda, si bien tienen que condenar de manera clara el golpe, no deben caer en la vieja lógica de los enemigos de mis enemigos son mis amigos, pues ni Zelaya, ni mucho menos su partido representan a la izquierda transformadora que necesita América Latina, o al menos no lo han demostrado. Lo que sí se debe tener en cuenta de todo esto es la decreciente (y por ello preocupoante) lista de requisitos necesaria para considerar a alguien agente del comunismo.

domingo, 17 de mayo de 2009

Sobre la ilegalización de Iniciativa Internacionalista

El Tribunal Supremo anuló la pasada madrugada, con 11 votos a favor y 5 en contra, la candidatura a las elecciones europeas de Iniciativa Internacionalista-La solidaridad entre los pueblos por considerar que "no es más que un instrumento de ETA-Batasuna". Esta resolución responde a las peticiones de anulación realizadas por la Fiscalía y por la Abogacía del Estado (Gobierno). Sendas demandas se sucedieron, a su vez, después de que la diputada joseantoniana Rosa Díez mostrara su oposición a que esta candidatura anticapitalista y defensora de la soberanía de los pueblos se presentase a la pantomima electoral europea que tendrá lugar el 7 de junio.

Estas dos instituciones basaron su solicitud de anulación en que la coalición "se encuentra controlada e infiltrada por Batasuna". Ambas encontraron en los informes de la Guardia Civil y la Policía suficientes indicios de que así se trataba, el fundamental; que su número uno, el dramaturgo Alfonso Sastre, ha participado en las listas de Acción Nacionalista Vasca (ANV), Herri Batasuna (HB) y Euskal Herritarrok (HB), todas ellas ilegalizadas, bien por ser consideradas el "brazo político" de ETA, como es el caso de las dos últimas, bien por tener "vínculos" con ellas, como es el caso de ANV. Sin embargo, la militancia política del dramaturgo se limita a sus años en el PCE durante la dictadura franquista.

Otro argumento de las fuerzas del orden es que la número dos, Doris Benegas, de Izquierda Castellana, un partido legal, ha estado "muy relacionada con la izquierda abertzale desde hace 20 años". Otros nueve representantes también tendrían "vínculos" con la "izquierda radical". Aquí cabría preguntarse qué entendemos por expresiones como"izquierda abertzale", "muy relacionada", así como qué validez jurídica tienen. Del mismo modo, habría que determinar en qué consiste ser "una sucesión fraudulenta de ETA-Batasuna", qué es ETA-Batasuna y cuáles son los requisitos para estar "vinculado" a este singular consorcio.

No obstante, y por si todavía alguien extremadamente riguroso considerase que tal evidencia jurídica no es suficiente, el Tribunal Supremo tenía otras dos pruebas mucho más concluyentes. La primera, que seis avalistas de la candidatura fueron en su momento de ANV, partido fundado en 1930 e ilegalizado por actuar como "la nueva marca" de Batasuna, organización surgida en el año 2000. La segunda, que Batasuna quería presentarse a las elecciones europeas de 2009, de lo que se deduce que Iniciativa Internacionalista es Batasuna y, por lo tanto, ETA. Voila!

Iniciativa Internacionalista es, en realidad, una candidatura anticapitalista que defiende el derecho de los pueblos a su autodeterminación, que se presenta a nivel estatal y que está formada por numerosos activistas, muchos de ellos militantes de otras organizaciones políticas perfectamente legales como , por ejemplo, Doris Benegas, de Izquierda Castellana; o Ángeles Maestro, de Corriente Roja. Esta última, Ángeles, fue diputada en el Congreso por IU de 1989 a 1996. Actualmente es la principal dirigente de Corriente Roja, corriente interna de IU que abandonó la coalición en 2004. Un año después, Ángeles Maestro salió también del PCE, tras la renuncia de los comunistas a abandonar IU.

Esta médica de 56 años es sospechosa de haberse fotografiado con figuras tan peligrosas como la Marcelino Camacho, histórico dirigente de CC OO. Durante este proceso de criminalización ha respondido con afirmaciones tales como: "Hoy somos gente que se siente perseguida sin tener cuentas pendientes con la Justicia, ni mucho menos con una banda armada". También ha asegurado que en la organización no hay ningún vasco y que nadie apoya las armas. Éstos son sus vínculos con ETA.

Alicia Hermida, que interpreta el papel de Valentina (la amiga de Herminia) en Cuéntame cómo pasó, es candidata por Iniciativa Internacionalista. Quizá las instituciones del Estado también vean en ella un instrumento de ETA. Unos cuantos nombres más de activistas, entre ellos sindicalistas de CC OO o CGT, han dado su apoyo a la candidatura ilegalizada, ¿qué ocurrirá si estas personas apoyan o participan en una nueva candidatura en el futuro? ¿como tuvieron relación en su día con una lista anulada correrán la misma suerte con el nuevo partido? Si seguimos algunos de los argumentos utilizados por los jueces, así debería ser.

Si aplicamos esa lógica ilegalizadora basada en la participación de personas "relacionadas con" o "vinculadas a" listas anuladas, las posibilidades de ser relacionado con "el entorno de" ETA irán ampliándose como una mancha, como una peste que cada vez infectará a más gente, por lo que el abanico de opciones políticas se irá acotando en la misma proporción. De la misma manera y con la misma velocidad se irá apoderando la frustración y la rabia de las personas independentistas y de izquierda que creen en una solución dialogada. Y no hay persona más susceptible de coger un arma que la que no encuentra posibilidad legal de plantear sus legítimas reivindicaciones.

Con todo, incluso un partido como Batasuna, que ha llegado a mostrar admiracaión por algunos miembros de la banda terrorista, debe tener absoluto derecho a presentarse a unas elecciones. No nos confundamos, lo que puede hacer un juez es juzgar individualmente a un militante de un partido político si esa persona ha cometido algún crimen, como asesinar a alguien o dar información para que otros lo hagan, pero nunca ilegalizar al partido entero, aunque dicha fuerza política considerase legítima la violencia (que no es el caso de Batasuna, pues lo único que hace es no condenar). De la misma manera, si en una peluquería de 10 trabajadores, tres han cometido algún delito, la justicia se encargaría exclusivamente de los infractores.

La ausencia de condena es un motivo de ilegalización tan pobre como todos los anteriores. No conduce a ningún lado, sólo a obligar a las personas a que adecuen su discurso político a los estrechos límites de lo oficial, impidiendo así la pluralidad y, por lo tanto, condenándonos al inmovilismo. Además, si utilizásemos la condición de la condena para obrar en política deberíamos anular la actividad del PP hasta que condene oficialmente el franquismo. En este caso la situación sería más grave, pues en sus filas se encuentra un hombre que fue ministro del régimen, que ha participado en gobiernos que firmaron sentencias de muerte y que, por consiguiente, tiene las manos manchadas de sangre. Hablo, efectivamente, de Manuel Fraga iribarne.

Asimismo, este partido ha apoyado guerras como la de Irak, declarada ilegal por la ONU; ha torpedeado los intentos de juzgar al dictador Pinochet desde España, ha apoyado el genocidio perpetrado por Israel en Gaza; su anterior líder, José María Aznar, apoyó el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, etc. El PSOE, por su parte, además de apoyar guerras imperialistas, tuvo gran responsabilidad en los procesos de terrorismo de Estado de los GAL. Todavía no he oído ninguna voz que denuncie las prácticas fascistas de estos dos partidos, que más que fuerzas políticas son insititucines del Estado español.
Como vemos, PSOE y PP obvian completamente su propio carácter criminal, como obvian también el carácter criminal de los grupúsculos nazis que, con la connivencia de las administraciones, realizan sus triunfales marchas xenófobas en barrios de inmigrantes. No parece ser motivo de ilegalización que haya gente que acuda a esas manifestaciones fascistas con cuchillos, navajas, o puños americanos.
Sin embargo, lo más escandaloso de todo es que quienes ahora se dedican a criminalizar a diestro y siniestro son los mismos que en su momento, cuando el contexto era propicio para sacar tajada de otra manera, mantuvieron una postura con la banda terrorista bastante más benovolente que la que muestran muchos de los que hoy son acusados de formar parte del "entorno de ETA-Batasuna". Ello se ve de manera especialmente clara si atendemos a la actuación del Gobierno de Aznar durante la tregua con ETA. Frases como "sabremos ser generosos" o "Movimiento Vasco de Liberación (en referencia a ETA)" nos muestran de manera clara la hipocresía de esta camarilla de oportunistas. Por el lado del PSOE más de lo mismo.
A su vez, IU, que se ha mostrado siempre contraria a las ilegalizaciones de partidos, guarda ahora un silencio cómplice que no hace sino alejarla de quienes todavía ven en ella algunos resquicios progresistas.
Discursos simplistas y sesgados, maniqueismo, criminalización creciente y permanente, manipulación mediática, en definitiva, estamos asistiendo a una merma continuada de los maltrechos elementos democráticos del país. Ellos podrán seguir con su ejercicio persecutorio y autoritario, podrán denunciar a una candidatura que les sirve de instrumento para construir artificialmente una sensación de democracia y seguridad. Mientras, quienes tenemos aún algo de sentido común seguiremos denunciando el fascismo de sus señorías.
Aclaración: Un día después de la publicación de este artículo, IU sacó un comunicado en el que rechazaba la resolución del Tribunal Supremo de anular la candidatura de Iniciativa Internacionalista. Sin embargo, en mi opinión, dicho comunicado llega tarde y carece de suficiente rotundidad, además de que parece ignorar la verdadera dimensión del problema. No obstante, sigue oponiéndose a la ley de partidos, lo cual le diferencia claramente del PSOE-PP.

jueves, 9 de abril de 2009

Fantasías liberales

El martes 7 de abril, El País publicó un artículo de José María Lassalle, secretario de estudios del PP y diputado por Cantabria, en el que el autor arremete contra los opositores al pensamiento liberal, al tiempo que los tacha de "oportunistas" por reivindicar dicha oposición durante la actual coyuntura de crisis económica. Sin embargo, los argumentos que explicarían dicha tesis brillan por su ausencia.
Este señor asegura que el pensamiento liberal surge de "la lucha contra la crueldad". Esto es infantil, además de falso. El liberalismo en su vertiente económica (capitalismo, por simplificar) nace como la evolución de las fuerzas productivas que da paso del feudalismo a un nuevo orden. El liberalismo en su vertiente "ético-política" es la superestructura que responde a las exigencias materiales de ese nuevo orden, si bien, existen otras formas de organización más autoritarias que adquieren sentido cuando surgen conflictos en el seno del modo de producción capitalista.
Por otro lado, se lamenta de que haya vuelto esa retórica antiliberal que "parecía felizmente superada". Esto no hace sino evidenciar los dogmatismos de los liberales, impositores del pensamiento único, que declararon triunfalmente en su día "el fin de la Historia".
Asimismo, el autor duda del carácter antisocial del liberalismo. ¿Cómo puede cuestionar esto cuando, los voceros de esta corriente de pensamiento no hacen más que impulsar la participación y el dominino de la empresa privada en sectores como la sanidad o la educación? Podemos hablar de Bolonia y el sometimiento de los contenidos académicos a los intereses sectários de las empresas. ¿Hacer negocio con los que debieran ser derechos fundamentales de las personas no es un acto antisocial?
El señor Lassalle dice que aboga por un Estado social que combine la cmpetencia con la "justa distribución de los frutos del trabajo", pero sin subvertir el sistema de propiedad individual. Esto es imposible; en tanto que se legitime la propiedad privada, y por ende la explotación capitalista con su consiguiente compra de la fuerza de trabajo (físico o intelectual) del asalariado y apropiación del plusvalor, se tiene que negar, necesáriamente, esa "justa distribución de los frutos del trabajo".
Llama la atención que un liberal se agarre como un calvo ardiendo a la libre competencia (condición fundamental del capitalismo), ya que ésta queda obsoleta a medida que el propio sistema capitalista, en su desarrollo, tiende a la concentración y acumulación de capital, a la formación de cárteles, trusts y monopolios. No son excepciones las guerras motivadas por las ansias de expansión que las grandes corporaciones experimentan durante el desarrollo del libre mercado. ¿No le parece esto al señor Lassalle muestras suficientes de carácter antisocial del liberalismo?
Como resulta inevitable reconocer las oscuras consecuencias de esto años de especial libertinaje económico, nuestro querido diputado se apresura a separar "la mano invisible de Adam Smith de la sinvergonzonería de los Madoff y compañía". Como los hipócritas del catolicismo, vincula los "triunfos" de su pensamiento a la teoría, mientras que justifica los fracasos con una supusta mala aplicación de la misma.
En una de sus numerosas citas (a veces pedantes, a veces absurdas), esta vez de un tal Eamonn Butler, afirma que "las desigualdades son siempre mayores cuando lo que cuenta es el poder, no el dinero". Sorprende esta sentencia, pues en el liberalismo económico es la propiedad privada del capital, y por lo tanto la facultad de hacer mayor fortuna, la que te ofrece una verdadera situación de poder.
Por otro lado, dice que "ni es la hora de la socialdemocracia, ni del furor neoliberal que siguen esgrimiendo algunos; por cierto, más obsesionados por hacerse perdonar sus pecados de juventud maoísta o trotskista que por reclamar un mercado de competencia...". Claro, entonces, por esa regla podemos decir que la mayor parte de sus compañeros de partido se dedican a atacar el terrorismo de ETA para hacerse perdonar sus pecados de connivencia con el terrorismo franquista, más que por verdaderos deseos de paz.
Este señor ignora que se contradice cuando relaciona liberalismo con democracia y, al mismo tiempo, señala a aquél como adalid de la lucha contra el autotitarismo y el absolutismo. ¿O es que no existían el mercado y la propiedad en la España franquista?, ¿y qué hay del Chile de Pinochet?, ¿no experimentó allí a sus anchas la Escuela Económica de Chicago con el ultraliberal Milton Friedaman a la cabeza?, ¿era ese régimen una democracia?
Ignora, además, que, entanto que toda política liberal es antisocial, los "triunfos sociales" en las democracias liberal-burguesas se deben a las históricas luchas obreras y a las reflexiones de aquellos intelectuales izquierdistas contra los que desata sus injustificadas críticas. Ignora que el contrapoder que supuso la URSS influyó de manera muy positiva en los avances sociales del bloque capitalista, avances que empezaron a retroceder tras la caída del muro.
Estos demócratas liberales, que han tachado de arcaico a todo el que reivindicaba a Marx, son los mismos que, con la pedantería que les carecteriza, citan sin ningún reparo a numerosos autores, algunos de un siglo antes de Marx. Eso no es arcaico, es culto. Luego nos obsequian con artículos como el de Lassalle, llenos de sentencias y consignas carentes de argumentación alguna.
Estúpidos.

jueves, 26 de marzo de 2009

Ministros de dios, opresores del pueblo

La iglesia católica ha vuelto al ataque con las mismas consignas reaccionarias de siempre. Estos últimos días hemos podido observar por nuestras ciudades los grandes carteles con los que las élites del catolicismo español están materializando su última cruzada. En dichos carteles aparce un lince con las letras de PROTEGIDO (por cierto, la especie que han elegido carece de tal protección) y junto a él, un bebé que pregunta ¿Y YO?

Supongo que con este derroche de demagogia pretenden deslegitimar prácticas democráticas como el aborto y la selección de embriones. Al margen de esta provocación de los clérigos españoles, el papa, nazinger, por su parte, también se ha dejado ver (y lo que es peor, oir), esta vez en África. Allí, donde se encuentran dos terceras partes de los 33 millones de personas infectadas con el virus del sida en el mundo, este individuo ha afirmado que la distribución del preservativo, lejos de solucionar el problema del sida, lo agrava.

Que los católicos critiquen el uso de los anticonceptivos alegando razones morales me parece una desverguenza, pues hay que tener falta de sensibilidad humana para predicar una moral que prohibe no sólo el mero placer sexual, sino también la protección de las personas ante posibles enfermedades. Sin embargo, esto es algo a lo ya que estamos acostumbrados , y por ello no hacemos demasiado caso. Ahora bien, que el líder internacional de estos católicos cuestione el preservativo por razones técnicas roza la locura, ¿cómo puede negar algo que está científicamente probado?

Si hubiera dicho esto en España, por ejemplo, se entendería como una simple tomadura de pelo. Pero el problema es que lo ha dicho en África, el lugar del mundo más afectado por el problema del sida. Un lugar donde la población no tiene el mismo conocimeinto que los españoles (por ejemplo) sobre esta enfermedad y los métodos para su prevención. Una población más ignorante en este aspecto y , por consiguiente, más desprotegida.

Por ello, desgraciadamente, sus palabras tendrán allí mayor acogida que en otro lugar del mundo. Ante esta situación, necesáriamente el papa se convierte en uno de los responsbles directos de los próximos contagios de sida por transmisión sexual en África. Necesáriamente, el pontífice tendrá las manos manchadas de sangre, y sus colegas españoles se verán obligados a cambiar el cartel del lince y el bebé por otro en el que salga un embrión con el cartel de PROTEGIDO, junto a un niño negro que se pregunta ¿ Y YO?

jueves, 12 de marzo de 2009

Crónica de la manifestación anti-Bolonia

Cojo la Renfe en Móstoles. Una vez dentro del tren me siento junto a un chico; alto, moreno, con una sudadera que delata ya su destino. La primera impresión que tengo al ver su cara es que se trata de un chico reivindicativo, algo infantil, y bastante cándido.
Enfrente dos chicas que hablan de las pasadas manifestaciones. Critican a algunos de los compañeros que han decidido quedarse en clase. Por su aspecto, no habría deducido a dónde iban.

11:57, Atocha. Bajo apresuradamente del vagón y pierdo de vista a las diferentes personas cuyo destino he ido adivinando durante el viaje. Afuera encuentro algunos grupitos de gente esperando a otra gente, ninguna aglomeración, así que continúo caminando. De repente veo a lo lejos una tricolor - ahí están- pienso. Me dirijo a cruzar la gran calle junto con un numeroso grupo de personas y me introduzco en un mogollón que podríamos considerar como el núcleo de la mani. Calculo que a penas somos unos mil.

Cerrando la manifestación, todavía inmóvil, se encuentran la Juventud Comunista (la del PCE), la CNT e Izquierda Castellana (estos últimos no son muchos pero llevan banderas muy grandes). Un poco más adelante hay otras pancartas de asambleas de estudiantes contra Bolonia. Tras un breve rodeo, me acerco a una que parece ser más combativa (o al menos gritan más y con más gracia). Las organizaciones políticas presentes aprovechan la espera para repartir algún pasquín propagandístico e iformativo.

Como quince minutos más tarde comienza la marcha. El calor es intenso (para mí terrible, pues llevo un chaquetón de abrigo cuando el resto va en manga corta). Se oyen cánticos tales como "oh no Bolonia no..." o "ni LOU ni Bolonia ni precariedad, fuera las empresas de la Universidad". Yo no canto mucho de momento; suelo ser tímido en los inicios, y más si voy sólo.

El trayecto es bastante largo: Atocha-Ministerio de Educación. A medida que avanzamos la marcha va adquiriendo más ambiente. Ahora ya no cesamos de cantar ni un instante. Al llegar a Sol, los cánticos se intensifican y volvemos al grito de "sanidad y educación, no a la privatización". Me sorprende la vehemencia con la que estamos llegando a gritar, parece como si el salir de esas callejuelas y entrar en un sitio más concurrido nos hubiera dado un chute de adrenalina.

Una vez en el Ministerio de Educación, con el calor otra vez agobiando (aunque a mí no tanto como antes porque se me ha ocurrido quitarme la chaqueta), se oyen consignas pidiendo un referéndum. Algunos empiezana alentar a las masas para que continuemos la manifestación hasta Cibeles. Imposible, el cordón policial ya lo tenía previsto. Es entonces cuando se inician los cánticos en contra de la policía.

En vista de que es harto dificil superar ese cordón de manera pacífica, optamos por darnos la vuelta y continuar la marcha en sentido contrario. Rápido, rápido, que nos cortan- expetan los más adelantados a los de atrás. La marcha avanza a paso ligero para evitar que las fuerzas del orden formen otro cordón que nos impida el paso. Hay que darse prisa y no dividir el grupo, pues otros agentes se han dado cuentan y comienzan a andar más deprisa.

Los de azulón van posicionándose en medio de la carretera, cortando un carril y obligándonos a continuar por la acera. Yo estoy en el grupo que va en cabeza. Nos detenemso para que no se forme un hueco demasiado grande entre nosotros y el grupo que nos sigue, más numeroso, y la Policía nos divida y disperse. No hay que separarse, formemos un bloque; ésa es la consigna.

Ahora ya más compacto el grupo, continúa la manifestación, no sin sobresaltos, pues las fuerzas del orden se empeñan en poner orden y aceleran su paso. Algunos estudiantes se ponen nerviosos y echan a correr. Yo me giro y no veo peligro, pero corro igualmente (el nerviosismo se contagia). No corrais, no corraris, todos juntos- gritan algunos. No pasa nada, no pasa nada- continúan. Es verdad, no pasa nada.

Avanzamos calle abajo, dirección Sol. Es curioso; a pesar de ser ya ilegal la manifestación, somos unos mil (la marcha llegó a contar con 3000 ò 4000, calculo) y las reivindicaciones son mucho más intensas. Quzá sea porque los que quedamos somos más conscientes políticamente. No sé. De vez en cuando nos damos la vuelta, halzamos las manos y, dirigiéndonos a los policias que nos siguen, gritamos "éstas son nuestras armas".

No sé que ocurré detras, pero oigo algo así como "¡que cargan eh!", y empezamos a correr atropelladamente. Algunos nos vmaos a la acera, donde nos sentimos más seguros. De nuevo no ha pasado nada. Seguimos por Sol con nuestros ya típicos cánticos "A-anti-anticapitalista". En el centro de la capital nos obseva la gente y, al pasar junto a un grupo de obreros, aumentamos el volúmen de nuestras voces. Ellos nos reciben con sonrisas de complicidad y algún que otro aplauso.

Mi grupo, el que va encabeza, ahora ya va demasiado en cabeza. Nos detenemos para esperar al resto y reconstruir el bloque. Atravesamos Preciados, como ejército victorioso que entra en su feudo. La gente nos mira. Alguien ve que al final de la calle nos espera más policía, por lo que nos metemos hacia una calle colindante. Otro, al mirar hacia atrñas, exclama- ¡joder, cuántos somos!-. La euforia se extiende y otro anónimo dice agitado- ¡a Gran Vía!-. Dicho y hecho. Al grito de "¡unión, acción, autogestión!, llegamos a nuestro sigueinte destino. Y cortamos la Gran Vía.

Cuando aparecen los de azuón volvemos a correr. En esos momentos sientes como si supieras que un chico mayor y más grande que tú te está esperando a la salida del colegio. Escapamos en repetidas ocasiones por distintas calles que cortan a la principal. En una de estas escapadas veo de lejos a las fuerzas del orden poner orden con los instrumentos con los que les dotamos los contribuyentes. Un grupo de unos 6 nos metemos en el metro. Hasta aquí hemos podido llegar, el resto (ya menos numerosos) han sido cercados y golpeados en la calle San Bernardo. El saldo: tres detenidos.

Por poco- me dice un chico sofocado que está sentado en un banco del metro. Intercambiamos brevemente impresiones de lo ocurrido. Tenemos que aprender de Grecia- me dice. Nos queda mucho- contesto.

Ya en el autobús, relajado (a mí la 521 me relaja, me permite evadirme), reflexiono sobre la jornada de tres horas de manifestación. Me acuerdo que uno de los que contribuyeron a extender la marcha era el chico del tren de ida. Para nada acerté con el perfil. Ya me sobresaltó su voz al oirle coger el teléfono en la Renfe. Horas después, me volvió a sorprender cuando, con cara de ir muy en serio y de estar dispuesto a todo, gritó- ¡somos más!, ¡el pueblo unido jamás será vencido! He de reconocer que verme rodeado de gente tan consciente, tan de acción, me sentí algo inquieto.

Continuando con mi reflexión en la 521, pienso que la manifestación ha sido un éxito. El ambiente superó con creces las anteriores. Quizás algo de menos alfuencia que en la última, no sé. La paradoja es que ahora, es posible que la cobertura mediática que se nos da sea mayor, sin embargo, las jornadas de movilización son boicoteadas con mayor dureza. Muchos se enteran de que ha habido una huelga cuando encienden la televisión ese mismo día. Otros, quizas sí lo sabían, y quizás sean una mayoría quienes rechazan el EEES, pero no basta con estar en contra, también tiene que parecerlo.

Con todo, una vez más, fueron los menos quienes reivindicaron los derechos de los más, y por ello, algunos fueron golpeados por las negras porras de la democracia.

domingo, 15 de febrero de 2009

Sobre Chávez. Carta abierta a El País

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, presenta hoy a referendo una enmienda a la Constitución de la República para acabar con la normativa actual que limita la reelección de los cargos de alcalde, gobernador y presidente a dos legislaturas y a tres la de los parlamentarios de cada estado y nacionales. A pesar de la afirmación del periódico El País, del 15 de febrero, de que Chávez pretende "reformar la ley para perpetuarse en el poder", lo que en realidad se propone es que los cargos antes citados puedan postularse como candidatos en unas elecciones tantas veces quieran, siendo únicamente los ciudadanos quienes decidan si el candidato seguirá o no gobernando.

Resulta algo contradictorio que este periódico critique la iniciativa de enmienda a la limitación de las reelecciones aprobada por la Asamblea Nacional y refrendada por más de seis millones de firmas de los venezolanos, cuando en España, al igual que en otros 16 países de la Unión Europea, no existe tal limitación, y sobre todo sorprende porque quienes más se han valido de esa libertad para "perpetuarse en el poder" (como dice El País) han sido precisamente líderes del PSOE, partido con el que ese periódico mantiene algo más que afinidad política. Véanse los casos de Manuel Chaves, en Andalucía, que lleva en el cargo desde 1990, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura desde 1983 hasta 2007, o Felipe González, presidente del gobierno de España entre los años 1982 y 1996, quien, por cierto, no se retiró voluntariamente, sino que hubo de perder las elecciones para retirarse ¿Por qué El País nunca ha tratado a estos señores con la misma hostilidad que emplea con el presidente de Venezuela?

Por otro lado, el señor Moisés Naím, en su artículo titulado Preguntas venezolanas, se pregunta si Venezuela es una democracia, y él mismo responde: "Sí, si por democracia se entienden elecciones en las cuales el Gobierno hace uso indiscriminado y abusivo de los recursos públicos para influir en los resultados. O si por democracia se entiende un sistema en el cual, al perder el año pasado un referéndum sobre la posibilidad de ser reelegido indefinidamente el presidente, Chávez anunció que lo volvería a repetir "tantas veces como sea necesario". O un sistema donde el presidente controla directamente el Parlamento, el Tribunal Supremo, el árbitro electoral, las fuerzas armadas, el banco central y la industria que es la principal generadora de divisas del país".

En primer lugar, el referendo que Chávez perdió el año pasado no trataba de manera exclusiva-como el autor da a entender- sobre la posibilidad de ser reelegido indefinidamente. Era una consulta a la ciudadanía sobre una reforma constitucional que afectaba a 68 artículos, aparte del referente a la reelección, y que, al contrario que esta vez, no proponía la posiblidad de reelección de los otros cargos. En este sentido y, siguiendo la misma línea argumentativa sobre los plebiscitos, resulta extaño que ni el autor ni El País hagan referencia al carácter antidemocrático del referendo"NO vinculante"para la construcción de una Constitución europea.

En segundo lugar, el señor Moisés Naím cuestiona el carácter democrático del presidente por hacer un uso"indiscriminado y abusivo" los recursos públicos para influir en el resultado de las elecciones. Quizá a usted le parezca más democrático que los dos grandes partidos españoles, PSOE y PP- que se alternan el poder gracias a una ley electoral que hace que un diputado les cueste 65000 votos mientras que a IU le cuesta casi 500000- utilicen además el dinero de los bancos para realizar sus campañas, creándose así una situación de sumisión de los partidos políticos a las entidades bancarias, ¿o a caso cree el autor que PSOE y PP se atreverán a morder la mano que les da de comer? ¿ y qué me dicen de la manipulación a la que los sucesivos gobiernos españoles han sometido a la audiencia mediante su control de la televisión pública?

Otra de sus críticas a la democracia de Venezuela se basa en una supuesta concentración de poder por parte del presidente. Bien, es cierto que el control del Estado por una élite (entendamos por "élite"el ejecutivo de gobierno, pues es infantil pensar que el propio Chávez se va a hacer cargo de la totalidad de las tareas) siempre llevará consigo la tendencia hacia un poder despótico, pero, ¿no es más demcrático que sea una élite elegida en las urnas y que tenga ciertos valores "socialistas" quien gobierne a que sean grandes compañías privadas, jueces politizados o un ejército independiente de los valores constitucionales quienes determinen los designios del país? Quizá los señores de El País preferirían que la industria venezolana estuviera controlada exclusivamente por alguna multinacional española, que el Banco Central de Venezuela, en su legítima independencia, pidiera abaratar el despido, como ha hecho aquí el Banco de España, o que las fuerzas armadas de la República Bolivariana gozaran de una indepencia y una moral tan particular como tuvo en su día el ejército español, cuando, una buena parte de sus integrantes intentó dar un golpe de Estado, allá por el año 81.

Respecto a la noticia titulada de manera sensacionalista Chávez quiere volver a ser Chávez, sería conveniente hacer una revisión, pues, el sesgo en la aportación de datos y en la afirmación de determinadas cosas es más que evidente. Empecemos por el primer párrafo, donde se narra de manera novelesca cómo un reportero recibe una llamada de Hugo Chávez al móvil que se había comprado el día anterior ("Te habla Hugo Chávez", son las primeras palabras que escucha atónito el reportero). Nuestro reportero amigo se pregunta cómo ha conseguido Chávez su número de celular, adquirido tan sólo unas horas antes. Un poco má abajo, después de que haya transmitido al lector una sensación de Estado policial, nos reconoce el corresponsal que tan sólo era una gravación que escucharán los usuarios de la compañía nacionalizada Movilet. Curiosa manera de cuestionar las estrategias electorales del presidente, y más si tenemos en cuenta que toda innovación en este campo llevada a cabo en Estados Unidos, para El País es un ejemplo más de la avanzada democracia del país norteño.

El autor de la noticia, Pablo Ordaz, continúa aportando una serie de datos como que "en algunos lugares de Venezuela no llega nunca el agua o la leche", "la inflación es del 31% y del 41% en los alimentos", "la inseguridad aumenta a un ritmo vertiginoso" o que "el sicariato es ya un problema latente en Venezuela". Son datos objetivos, dirán los señores de El País y la oposición reaccionaria de Venezuela. Y no dudo que lo sean en su mayoría, pero, aportar datos descontextualizados con la clara intención de degradar la imagen de un gobierno, cuando Venezuela, ahora y siempre, al igual que todo país latinoamericano, ha tenido este tipo de carencias y cuando, además, en el período de gobierno de Chávez ha habido una innegable mejora de las condiciones sociales de la clase trabajadora, supone una manipulación descarada. De la misa manera que abordar el tema de la nueva izquierda emergente en Latinoamérica únicamente con articulistas reaccionarios como Vargas LLosa o Rosa Montero evidencia el poco estima que El País tiene por la ética periodística.

He aquí una serie de datos que El País ha olvidado en el número de hoy: en 10 años Venezuela ha pasado de ser unos de los países más desiguales del continente a ser el menos desigual; la pobreza bajó en los años de Chávez del 51% de la población al 28,5-25%; la pobreza extrema bajó del 25% al 8,5-7%; por su parte, el paro descendió del 11% al 7,4%; el 14% del gasto público se destina a gasto social. Todos ellos son datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) oganismo que depende de la ONU.

Somos muchos los que no entendemos la campaña de acoso y derribo contra el gobierno de Venezuela (y el de Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua... ) perpetrada por el diario español. Es posible que tengan algo que ver las inversiones que la empresa propietaria de El País, PRISA, mantiene en el sur del continente americano, de las cuales podemos destacar las inversiones cruzadas con el grupo Cisneros, el mayor grupo mediático del país. Además, la cadena televisiva de dicho grupo, Venevisión, es una de las banderas de la oposición , especialmente desde que se la implica en el golpe de Estado que quiso derrocara Chávez en abril de 2002. Es destacable también que empresas como REPSOL-YPF, susceptibles de tener controversias con los nuevos gobiernos izquierdistas, sean para El País una fuente de ingresos millonarios por publicidad. Podemos hablar también de Telefónica, compañía líder en América Latina, que es uno de los grandes accionistas de Sogecable, grupo televisivo controlado por PRISA.

La falta de rigor informativo de El País, sus intereses sectarios y su línea editorial de marcado corte derechista me obligan a defender a un líder reformista y patriotero como es Hugo Chávez. Este señor, su Partido Socialista Unido de Venezuela, su "Revolución Bolivariana" y sus homólogos en otros países no son para mí más que los actores de la construcción de un socialismo reformista, institucional, colaboracionista, nacionalista, cristiano, y dirigido, en el caso de Venezuela y Ecuador, por unos líderes que torpedean el proceso con su anquilosamiento en el sistema institucional y su paternalismo grosero. Con todo, gracias a estos gobiernos, los diferentes pueblos de Latinamérica han empezado a emanciparse tímidamente del poder neoliberal y de la dependiencia del capital monopolista extrajero que los ha estado somentiendo a miseria, corrupción, violencia y privación sistemática de los bienes y servicios más esenciales, en beneficio de las compañías privadas y los gobiernos títeres del sur del continente.

Sé que un periódico como El País, que pertenece a un gran grupo empresarial y que vive de los ingresos publicitarios de empresas, entidades bancarias y demás instituciones que a su vez sobreviven únicamente por la permanencia del sistema capitalista, nunca podrá tratar la información de manera rigurosa, tal como lo requiere la profesión periodística. Sin embargo, les aconsejo que cuiden algunas de sus publicaciones, que guarden su retórica ordinaria y disimulen mínimamente su carácter conservador y retrógrado, y se lo aconsejo porque, no sé si saben que una buena parte de su público objetivo (con ustedes hay que hablar en términos empresariales) está formado por gente progresista que, sin ser grandes enemigos del sistema, aborrecen los ramalazos ultraderechista que cada vez más a menudo a ustedes se les escapan. Hagan caso a esta recomendación que un humilde estudiante de segundo de periodismo (sí, mi interés por todo tipo de prensa es el motivo por el que leo su periódico), les hace, háganlo, aunque sólo sea por esa parte de su público objetivo progresista que, inexplicablemente, les sigue leyendo.

jueves, 12 de febrero de 2009

god save the Juancar

Todos los años, en febrero, a medida que se acerca el día 23 los medios de comunicación se encargan de rememorar el fallido golpe de Estado perpetrado ese mismo día por algunas fuerzas del ejército. Este año no ha sido una excepción, sin embargo, la cobertura informativa ha empezado más pronto que otros años y de manera más intensa, al menos por parte de Televisión Española (TVE). También he notado que, en esta ocasión, el interés en aprovechar la fecha para reforzar la figura del rey de manera oportunista ha sido más descarada.

De esto se ha tenido que dar cuenta quien haya seguido con mayor o menor interés la programación de TVE estos últimos días. Por ejemplo, podemos hablar de la miniserie de dos capítulos a la que han dado el clarificador título de El día más difícil del rey, la cual nos ha ofrecido a un monarca con unas cualidades extraordinarias, heroico, salvador, tan sólo comparable a Barack Obama. La miniserie tiene la osadía de contarnos aquello que sólo un reducido número de hombres sabe: lo que ocurrió en la Casa Real en aquellas horas, el papel que en realidad jugó el rey, sus verdaderas intenciones, sus relaciones con los golpistas. Parece ser que los señores de TVE tienen muy claros todos estos aspectos, por la recreación que han hecho se ve que no tienen duda de que el rey salvó la "democracia" y que es a él (o quizá debería decir Él) a quien debemos nuestras actuales "libertades".

La miniserie histórica, que bien podían haber titulado "Oda al rey", fue más que nada una comedia de mal gusto. Si bien , no ha sido el único programa digno de mencionar. Una vez terminado el primer capítulo de esta comedia de ficción, TVE emitió el habitual debate nocturno de 59 segundos, que fue justo el tiempo que tardé en aborrecer el programa. En la edición del martes dejaron un espacio al fianal para tratar el tema del golpe de Estado, y para ello invitaron a Fraga, Manuel Marín (expresidente del Congreso), felipe Acaraz (PCE e IU), un señor de Eusko Alkartasuna, el periodista Fernando Ónega y una mujer, también periodista (no sé si me dejo a alguien). Pues bien, el programa consistió en repetirnos con diferentes palabras y desde diferentes bocas todo lo que le debemos al rey y lo bien que vivimos ahora. Únicamente, el nacionalista vasco y Felipe Alcaraz discreparon del papel que jugó el monarca ese día y se preguntaron por qué tardó tantas horas en salir por televisión para dar el esperado discurso. Esto les valió para que el resto de los contertulios, a quienes se les llenaba la boca al hablar de la democracia y de la libertad, replicaran, de manera déspota y fascista, que la historia es como se cuenta, que el rey nos salvó, que es así y que quien discrepa lo que quiere es inventarse fantasmas.

Así, mediante un acoso mediático e institucional, el gobierno y los medios llevan a cabo una campaña agresiva para perpetuar la historia oficial de la transición, del golpe y de estos años de partidocracia monárquica y capitalista. Bajo esos entrañables programas que "recrean" nuestro pasado más reciente, se esconde la verdadera intención del Estado actual de borrar todo ápice de debate histórico, de crítica o de discrepancia. Mediante ligeros y amenos formatos pseudo-periodístico-televisivos envía su propaganda el sistema. Pretenden dar veracidad a una serie de hechos históricos bombardeándonos de manera continua con la misma versión estructurada.

La verdad que, viendo la desesperación con la que se defiende a la monarquía últimamente, empiezo a pensar que realmente tiene los días contados y, lejos de lograr su objetivo, hacen más evidente la agonía de una institución que al caer va a dejar tambaleándose al resto de la estructura a la que siempre ha ido ligada. En mi opinión, es probable que cuando caiga el decrépito que ostenta la jefatura del Estado caerá con él la misma monarqía, pues, como se suele decir, en España no hay monárquicos, sino juancarlistas. De la misa manera, pienso que quedará bastante desestabilizado el resto de la estructura política, ya que, tras la dictadura fascista, lo que se construyó formó parte de un todo. Es decir, que, cuando caigan los borbones, lo lógico sería que el resto del régimen que se edificó tras la muerte del tirano empiece también a descomponerse. Monarquía, Constitución, bipartidismo, sistema autonómico, acuerdos con la Iglesia, sindicatos institucionalizados, etc. serán estructuras arcaicas que habrán perdido su ser.

Los tambaleos a los que se verá cada más envuelta la monarquía, junto con la crisis económica que, esperemos siga dejando en evidencia la naturaleza criminal del capitalismo, lejos de inquietarnos, deben ser vistos como una oportunidad, como un potencial conflicto que genere debate. El simple hecho de empezar a cuestionar las cosas nos posicionará ante esa lejana utopía que llamamos democracia.